Siempre Dana
Botoncito casi naciente, una rosa
Eras entonces promesa, regalo, milagro.
Tantos otoños en ráfagas te admiraron,
Tantos inviernos arropando mis ilusiones,
Tu ternura mis nostalgias calentaba.
Tu dulzura se derramaba envolviéndome,
Cual bálsamo oportuno para tantos avatares
Y tu risa, cascabel puro inundando todo,
Compañía absoluta de mis gastados años.
Hoy, pasaron tantos y tantos días, años…
Cada rincón almacena tus andares, tu trayecto
Tan lejos y tan cerca. Mi corazón te abraza.
Mi mirada te busca en vano…es difuso el entorno.