Haciadentro
2 min readMar 16, 2021

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REMEMBRANZAS

Cuando quiera descansar y soñar confiada, iré hacia la pradera, hacia la orilla del río y luego bajo la copa de un árbol acogedor, me recostaré y buscaré tus brazos. Me arrullarás en tu regazo, me susurrarás tantas cosas. Reiremos de tantas aventuras, de tanto camino recorrido de a dos, a veces con obstáculos no esperados, otras con gran ilusión.

Y cuando esté casi dormida entonces tus brazos serán todos los brazos del universo, me protegerán, vigilarán mi sueño y podré reposar ligera, sonriente, sin miedos. Volaré hacia muy alto, tanto que atraviese las nubes y abrace la luz naciente del sol, me caliente con sus rayos, y me alimente de su incesante deseo de iluminar al mundo.

Visitaré a la luna, que cual mujer soñadora se desplaza en danza plateada y mágica, buscando siempre regalar por doquier misterio y amor. Me contagiaré de su límpida belleza, le pediré me lleve por sus caminos de paz y libertad. Le contaré de mi camino, de mis alegrías y temores, de mis aventuras y de cuanto amor mi corazón alberga.

Le pediré me lleve a todos los lugares que recorrí a tu lado, a tantos parajes, repletos de naturaleza y misterio. Cerraré mis ojos y el tiempo regresará de inmediato, se asombrará de tantos sueños que tuvimos y de todo lo que alcanzamos, nosotros siempre allí, unidos por el destino, viviendo intensamente, guiados por un solo sueño, tanta energía, entonces casi desbordante.

Sentiré la lluvia en las nubes, menuda, firme, sanadora. Aliviará el cansancio de mis hombros y aligerará la carga de mi espalda, tan abrumada por aquello que a veces no valió la pena transportar, la que todavía cargo. Reiré bajo su cascada de gotas sanadoras e imparables y regresaré confiada a tu regazo.

Cuando despierte, tus brazos estarán allí en dogal apretado y seguro. Tus manos, antes tan fuertes y protectoras, edificadoras y pacientes, hoy bañadas de paciencia y tiempo, esperándome siempre. Nuestros cabellos ahora canosos, nuestras fuerzas ahora pocas. Nuestros corazones se fundirán entonces en un solo latido, norte seguro para nuestra descendencia.

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Haciadentro

antes cual Perséfone, en su mundo inocente y seguro. Despues arrastrada al inframundo por Hades, hacia adentro, hacia las entrañas, hacia el miedo acechante.